El lino es una planta apreciada desde la antigüedad por su gran versatilidad; de hecho, aún hoy se utiliza como fibra para producir ropa y pergaminos, mientras que las semillas se emplean para hacer harina y aceite. Como muchas plantas antiguas, su cultivo comenzó en el norte de África y, tras las conquistas de los antiguos romanos, desembarcó en Europa.
Las semillas de lino son buenas para la salud, descubra 5 datos interesantes sobre estas pequeñas pero supersaludables semillas.
Una ayuda contra la inflamación Las semillas de lino se conocen por sus propiedades emolientes y protectoras. De hecho, son muy útiles para combatir inflamaciones internas, como la cistitis, o de la epidermis. Baste decir que los antiguos griegos ya las utilizaban para tratar la tos.
Alternativas al pescado Estas semillas contienen una gran cantidad de omega-3, lo que las convierte en una excelente alternativa al pescado. Estos ácidos grasos son de gran ayuda para la mente y la piel, ya que mejoran la oxigenación celular, lo que ayuda a que la piel esté más relajada.
Picar y saborear La cáscara de las semillas de lino es especialmente dura, por lo que, para absorber todas las propiedades que contienen, es mejor masticarlas o picarlas mucho antes de consumirlas. Para añadir un toque extra a la ensalada, también pueden tostarse ligeramente o añadirse a la masa de pan integral.
¡No exagere! Las semillas de lino absorben mucha agua, por lo que para evitar que afecte negativamente a la absorción de yodo de su organismo, recuerde no consumir más de tres o cuatro cucharadas soperas al día. Así absorberá sus propiedades, ¡sin contraindicaciones!
De las semillas se obtiene el aceite De las semillas de lino se obtiene un aceite, rico en ácidos grasos esenciales. Es perfecto consumido en crudo, o utilizado como emoliente para el cuidado de la piel y el cabello, a los que aporta nuevo brillo y suavidad. Pero, atención al almacenamiento: solo dura ocho semanas y debe conservarse en el frigorífico, al abrigo de la luz, el calor y el aire.
Las semillas de lino, por tanto, son realmente buenas para el organismo y, gracias a su sabor más bien neutro, pueden combinarse con muchos sabores diferentes. Pruébelas en el yogur por la mañana o en ensaladas, o en la hamburguesa vegetal de semillas de lino Kioene, ¡perfecta para un almuerzo rápido!